lunes, 22 de febrero de 2010

VECINOS Y AMIGOS

Puede que la foto que ilustra el post no sea la mejor de cuantas fueron sacadas pero si me parece que capta el espíritu de la reunión: un evento alegre en el que yo aparezco algo borroso.

Me explico.

Admiraba a Santiago y a Pepo desde hace tiempo pero realmente no tuve ocasión de conocerlos un poco mejor hasta hace unos pocos meses, cuando coincidimos en las Jornadas del Sr. Boliche, en Valladolid. En general, la gente del mundo del comic es modesta, amable y accesible. Es normal: no hay dinero y el reconocimiento social es escaso, con lo que los egos hipertrofiados y la altanería resultan chistosos. De todos modos, siempre me sorprende cuando gente a la que leo y admiro desde hace años resultan ser tíos tan majos como Pepo y Santiago.

Cuando me pidieron que presentara El Vecino en Joker (Bilbao) ya sabía que no era necesaria mi presencia y que si la requerían no era para que alguien les hiciera parte de un trabajo que ellos hacen mejor que yo. Mi gran duda era saber qué iba a hacer yo allí en medio con dos teóricos hechos y derechos que evidentemente conocían mucho mejor que yo su propia obra. Tenía dos opciones: pisarles sus propios comentarios ( ya los conocía de Valladolid) y hacerme el listo o callar prudentemente y dejar que ellos llevaran la charla.
Al final, opté por callar todo lo que pude y tratar de hablar cuando tuviera alguna pregunta que creyese nueva para ellos. No fue fácil ( ni lo de callar ni lo de pensar en preguntas inteligentes) pero lo disfruté como un enano.

Antes de la charla hubo una agradable comida pagada por ese librero ( y sin embargo amigo) que apadrinaba la charla y tras la misma, una notable cantidad de cervezas fueron trasegadas. Esos son los detalles privados, off the record pero contribuyen a formar el sustrato en el que sigue creciendo un aprecio por las personas detrás de la obra.

Hablemos un poco de la obra, dejando de lado a las personas.

El Vecino es un gran tebeo, súmamente entretenido para el lector pero sin renunciar a la experimentación, al trabajo con las herramientas que el medio pone a su disposición.
¿Que otra obra cita entre sus influencias el Spiderman de Stan Lee y John Romita, el Daredevil de Miller y Mazzuchelli y una película de John Cassavetes? El Vecino consigue ser una obra intelectual despojándose de toda pretenciosidad y ese es uno de los mayores méritos que soy capaz de imaginar en un tebeo.
Es más fácil resultar "respetable" para un sector de la crítica y del público haciendo una novela gráfica de temas serios: enfermedades, guerras civiles, vidas patéticas, amores poéticos...elementos literarios que cuando uno resume en 10 líneas no le hacen parecer estúpido al lector.
¿Estúpido ante quien?, cabría preguntarse. Probablemente no toda la culpa la tenga nuestra actitud acomplejada, pero desde luego no ayuda a nadie. Sin embargo, un medio sin complejos puede ( y debe) ser algo más que eso ( no tengo nada contra los buenos tebeos que tratan de temas "serios" como los anteriormente citados por si hiciera falta la aclaración). El cómic debe explorar caminos como los que recorre El Vecino si no quiere ser el hermano tonto de la literatura. Caminos menos evidentes, menos complacientes y sin embargo accesibles a todo tipo de lectores, como toda gran obra de cualquier otro medio ( literatura, cine, pintura).
Otro día más.

1 comentario:

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