En la foto, Freeman Dyson, físico, matemático y divulgador. No es tanto el protagonista del titulo del post (aunque también)como el autor del libro homónimo.
Aunque soy lector de tebeos más que de libros y de ficción más que de ensayo, no significa que no lea libros de ensayo, sino todo lo contrario. Mi dieta lectora incluye un promedio de dos a cuatro libros mensuales ( depende del mes en cuestión y del grosor del libro), cifra despreciable en comparación con los 30 a 60 tebeos que leo mensualmente.
Es evidente que el tiempo de lectura de un comic book anda en torno a los cinco minutos en la actualidad (diez si lees en inglés y el escritor no te lo pone fácil) y la novela gráfica más densa ( Notas al pie de Gaza de Sacco por ejemplo) no suele tardar en ser leída más que una novela de 200 páginas, por lo que uno puede leer muchos tebeos al mes en pequeños huecos, mientras que para leer un libro de ensayo, hace falta concentración y dedicación más intensa.
Aun así, aunque sea por salud mental, tengo que variar mi dieta lectora y cuando encuentro un libro interesante siempre me apetece comentarlo.
Nunca se me dieron bien las matemáticas, la física o la química. Tampoco es que fuera mal estudiante, pero no me gustaban y me costaba ponerme a estudiarlas. Luego, claro, uno se arrepiente de no haberles prestado más atención, ya que la mecánica cuántica es lo más parecido a la teología para un agnóstico...
El caso es que Freeman ( toma nombre molón) Dyson, ha escrito varios libros de divulgación que son francamente amenos e interesantes, así que adquirí esta edición de bolsillo con la idea de leer los artículos de los que se compone en momentos sueltos, minutos basura que mi trabajo me deja y que a menudo no uso para nada productivo.
El Científico Rebelde es ante todo una recopilación de críticas literarias escritas para el New York Review, textos densos, verdaderos ensayos propiciados en torno al tema que sugiere l lectura de un libro. Dichos ensayos tienen un doble efecto, ya que son textos válidos por si mismos pero normalmente provocan también interés por la obra referenciada, abriendo un interesante abanico de futuras lecturas.
Hay un apartado: "Guerra y paz", el menos interesante a priori, en el que reedita capítulos de otro libro suyo ( Weapons and Hope) que me ha sorprendido gratamente ya que parecía una reflexión sobre la política de bloques militarista ( y en eso ya tengo un criterio formado) pero los datos y la información suministrada me han ayudado a reforzar mucho mi discurso.
Dyson es un científico que no teme especular e imaginar (suya es la Esfera de Dyson y otras interesantes especulaciones dignas de los mejores escritores de SF) y un hombre de ciencia que da mucha importancia a la ética.
Me divertí con la sección dedicada a la historia de la ciencia y los científicos, trufada de curiosas anécdotas o con los "temas candentes" de la ciencia contemporánea pero el apartado que más me ha hecho disfrutar es sin duda el grupo de ensayos personales y filosóficos con títulos tan sugerentes como ¿Esta Dios en el laboratorio? o La religión observada desde fuera, con los que he tenido un estimulante y elevado grado de sintonía.
El científico rebelde es un libro actual pero no de actualidad. Su función no es tanto mirar hacia el presente como hacia el pasado y el futuro y por ello es una lectura tan válida hoy como dentro de dos o tres décadas. Oír hablar a alguien sabio te hace sentirte, aunque sea por unos minutos, participe de esa sabiduría. Con Dyson pasa algo similar. Le lees, le entiendes y alimentas la ilusión de compartir una sabiduría que lamentablemente está al alcance de muy pocos.
1 comentario:
Pues no lo conozco. Tomo nota, aunque dudo que lo lea por ahora.
Nos vemos el viernes (y por cierto.. no me he leído todavía lo que me pasaste.. no sé si llevártelo ya o dejarlo en casa más tiempo a ver si me decido).
Un saludito.
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