martes, 29 de diciembre de 2009

SUPERMAN (NOT SO )SECRET ORIGIN


Para los no políglotas, empezaré diciendo que el ingenioso título del post es un juego de palabras que viene a evidenciar el hecho de que lo que se narra en esta miniserie es todo menos desconocido o secreto.
Geoff Johns es uno de esos escritores que sin haber hecho nunca un tebeo memorable tiene el nada desdeñable honor de no firmar casi ningún truño ilegible. Algo más denso que Jeph Loeb (que es como decir algo más denso que el aire) y en la línea frikienciclopedista de quienes se hicieron escritores de cómics tras toda una vida leyéndolos (Busiek, Waid).
Y en Superman Secret Origin, vuelve a cumplir con holgura con lo que se espera de él: continuidad, continuismo, continencia.
Lo más relevante de esa nueva continuidad es que, pivotando sobre la versión de Byrne más que sobre la de Waid y Yu (¿alguien se acuerda de ella?) o la de Loeb y McGuinnes, introduce a Superboy, lo une a la Legión de Superhéroes y le da a Kripto. Todo ello ya existía en el Universo DC pre-Crisis y yo al menos no tengo muy claro que rescatarlo sea especialmente positivo salvo que medien intereses televisivos o cinematográficos.
Sorprende que se obvie todo o casi todo lo narrado en Smallville y que sin embargo ( a la altura del tercer número) Clark Kent tenga como referente ineludible a Christopher Reeve ( Jimmy y Perry también tiene ciertas deudas con la versión de 1978) y que se rescate parte del argumento ( la caída de Lois y el helicóptero)de la primera película. La buena noticia es que Lois no se parece a Margot Kidder.
El dibujo de Gary Frank es quizá la mejor noticia de esta miniserie.
Gary Frank siempre fue un poquito rigidote. Su Hulk parecía más un muñeco articulado que un tipo musculoso. Conforme fue tomando referencias más realistas, parte de esos defectos iniciales desaparecieron y se transformó en un dibujante a seguir con interés. Sin embargo, su última evolución lo había llevado a dibujar unos rostros excesivamente gesticulantes, feistas y hasta grotescos por momentos.
El género de los superhéroes tiene una serie de convenciones que ayudan a que las historias avancen más rápido y una de las más ineludibles es que los rostros ( y cuerpos) de los personajes son estilizaciones de lo que representan.
Aqui Frank modera un poco su feísmo de Superman y nos ofrece una cuidada visión de algunos personajes conforme crecen. Narra bien, con claridad, usando las viñetas necesarias y eligiendo los planos con sabiduría, pero eso siempre ha sido su punto fuerte, así que ya no sorprende.
Aun queda la mitad de la miniserie por salir, pero a día de hoy podemos decir que es un excelente punto de partida para nuevos lectores y un entretenido repaso para los más veteranos.
No mata pero se lee con agrado y es un respiro entre tanta obsesión como la que hay en DC por retorcer a los mitos.

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